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viernes, 5 de julio de 2013

Historia de la Medicina: Embriología

Es por todos sabido que el origen de la vida comienza con la unión del óvulo y el espermatozoide y en la actualidad la Embriología se encarga de crear un puente entre el desarrollo prenatal y la Obstetricia, la Medicina perinatal, la Pediatría y la Anatomía clínica. Se ocupa de los comienzos de la vida humana y de los cambios que ocurren durante el desarrollo prenatal; además de ayudar a entender las causas de las variaciones de la estructura humana e iluminar la anatomía macroscópica, explicando cómo surgen las relaciones normales y anormales. Gracias a esta ciencia, hoy es posible el tratamiento quirúrgico del feto. Y para poder llegar a donde está hoy, ha requerido de avances pasados que la han hecho la ciencia que es ahora. Hoy daremos un breve repaso a los hitos históricos que han ayudado a conformar la Embriología como la ciencia actual.

La Antigüedad

Los egipcios, en el 3000 a.C., conocía métodos para incubar huevos de aves, pero no dejaron ningún escrito. Garbha Upanishad, en el año 1416 a.C. redactó un breve Tratado sánscrito, en el que describe ideas arcaicas sobre el embrión, afirmando:
A partir de la conjugación de la sangre y el semen empieza a existir el embrión. Durante el periodo propicio para la concepción, después de la relación sexual, se convierte en Kalada (embrión de un día). Tras permanecer siete noches, se transforma en una vesícula. A las dos semanas se convierte en una masa esférica y al cabo de un mes, en una masa dura. A los dos meses tiene la cabeza formada, y a los tres, aparecen las extremidades.
Los primeros estudios embriológicos registrados aparecen en los libros de Hipócrates de Cos, el famoso médico griego. Para entender el desarrollo del embrión humano, el recomendaba:
Toma veinte o más huevos e incúbalos con dos o más gallinas. Luego, cada día, a partir del segundo día de la incubación, toma un huevo, rómpelo y examínalo. Encontrarás exactamente lo que te digo: la naturaleza de un ave se asemeja a la humana.
Aristóteles de Estagira escribió un tratado sobre Embriología en el que describió el desarrollo del pollo y otros embriones. Es considerado el fundador de la embriología, a pesar de alentar la idea de que el embrión se desarrolla a partir de una masa informe, que describió como "una semilla no del todo elaborada con un alma nutritiva y todas las regiones corporales". Pensaba que el embrión surgía a partir de la sangre menstrual tras su activación por el semen masculino.
Claudio Galeno escribió un libro, Sobre la formación del feto, en el que describió el desarrollo y la nutrición de los fetos y las estructuras que hoy llamamos alantoides, amnios y placenta.
El médico judío Samuel-el-Yehudi describió seis etapas en la formación del embrión desde la "masa informe arrollada" hasta el "niño cuyos meses se han terminado". Los eruditos del Talmud creían que los huesos y los tendones, las uñas, la sustancia cerebral y el blanco de los ojos provenían del padre "quien sembraba el blanco", mientras que la piel, la carne, la sangre y el pelo provenía de la madre "que sembraba el rojo".

Edad media

A pesar del poco progreso que hubo en esta época, hay ciertos hechos destacados en el campo de la investigación embrionaria.
En el Corán, se menciona que lo seres humanos son producidos por una mezcla de las secreciones masculinas y femeninas. Se hacen referencias a la creación del ser humano a partir de una nutfa (pequeña gota). Se declara que el organismo resultante se deposita en el útero como una semilla 6 días después de iniciarse. Se dice que el embrión primitivo asemeja a una sanguijuela y posteriormente a una "sustancia mascada".
Constantino el africano de Salerno escribió un tratado titulado De humana Natura. Describió la composición y el desarrollo secuencial del embrión en relación con los planetas y con cada mes del embarazo. 
Dada la falta de conocimientos en esta época, los dibujos del feto en el útero mostraban a un lactante completamente desarrollado y preformado, retozando en el vientre materno.

El Renacimiento

Leonardo da Vinci efectuó dibujos precisos de úteros gestantes que contenía fetos. E introdujo el método cuantitativo en la Embriología al efectuar mediciones del crecimiento prenatal.
Dibujo de Leonardo da Vinci realizado en el siglo XV d.C. Se observa un feto dentro de un útero incidido y abierto.



La revolución embrionaria comenzó con la publicación de la obra De Generatione Animalium, de William Harvey en 1615. Él consideraba que la semilla masculina, después de penetrar en la matriz, sufría una metamorfosis hacia una sustancia ovalada, de la que surgía el embrión. Harvey examinó embriones de pollo con una simple lupa, estudió el desarrollo del gamo; sin embargo, cuando no lograba observar los primeros estadios del desarrollo, concluía que los embriones eran secretados por el útero.
En 1672, Regnier de Graaf observó pequeñas cámaras dentro del útero de una coneja y afirmó que debían provenir de órganos que él llamó ovarios. Además, describió folículos ováricos vesiculares, que a veces continúan denominándose folículos de De Graaf.
Caspar Friedrich Wolf propuso el concepto de capa, por el que la división de lo que hoy llamamos cigoto da origen a capas de células a partir de las cuales se desarrolla el embrión. Sus aportes sentaron las bases de la teoría de la epigenia, que señala que el desarrollo procede del crecimiento y la diferenciación de células especializadas.
En 1775, Lázaro Spallanzani demostró que tanto el ovocito como el espermatozoide eran necesarios para iniciar el desarrollo de un nuevo ser.
Etienne Saint Hilaire y su hijo, Isidore Saint Hilaire, realizaron los primeros estudios estudios importantes sobre el desarrollo anormal en 1818. Llevaron a cabo experimentos en animales destinados a generar anomalías del desarrollo, con lo que iniciaron la ciencia teratológica.
Mattias Schleiden y Theodor Schwann impulsaron grandes avances en la Embriología al formular la teoría celular en 1839. Concepto que especificaba que el cuerpo se compone de células y productos celulares. Lo anterior sirvió para descubrir que el embrión se originaba a partir de una única célula, que experimentaba múltiples divisiones celulares a medida que se formaban los tejido y órganos.
Wilhelm His elaboró mejoras técnicas para la fijación, sección y tinción de los tejidos y para la reconstrucción de los embriones. Sus aportes allanaron el camino para producir las actuales imágenes 3D, estereoscópicas y computarizadas de los embriones.
Robert G. Edwards y Patrick Steptoe impulsaron una de las técnica más revolucionarias en la historia de la reproducción humana: la fecundación in vitro. Sus estudios dieron lugar al nacimiento de Louise Brown, el primer "bebé probeta" en 1978.

Ciertamente la Embriología avanza cada vez más, mejorando técnicas y aplicándolas hacia un buen desarrollo embrionario y fetal. Lo anteriormente mencionado ha sido lo más sobresaliente que contribuyó a que esta ciencia sea lo que es actualmente.

Bibliografía: Keith L. Moore, T. V. N. Persaud. Embriología Clínica. 8va. edición. Elsevier Saunders. 2008

 

martes, 2 de julio de 2013

Bienvenidos

Por algún motivo te has topado con este blog, tal vez buscando información acerca de algún tema o simplemente echando un vistazo en los blogs que hay por ahí. Antes que nada quiero darte la bievenida, y explicar el por qué surgió este sitio. Como estudiante de Medicina, a veces, me gustaría que personas que entienden mejor un tema que yo me lo explicaran, ya que sería mucho más fácil entenderlo. Bueno pues, pensando en ello y en la conocida frase "conocimiento que no se comparte, se pierde", decidí crear este espacio para compartir información médica, no sólo el cuadro clínico de tal o cual enfermedad, la fisiología del aparato digestivo, el metabolismo de los carbohidratos, etc, sino datos curiosos acerca del cuerpo humano o de las bacterias, un poco de historia de la Medicina y hasta datos culturales, ya que el médico en formación debe obtener conocimiento no sólo de su carrera, sino de diversos temas; también es una forma de repasar y obtener conocimiento de las personas que me sigan. 
No pretendo ser algo que no soy, aún, por lo tanto voy junto a ti de la mano en el fascinante mundo de la Medicina, de esta forma de vida tan maravillosa que hemos elegido. De verdad espero que encuentres útil este blog y la información, artículos o libros que aquí se publiquen. Sin más que agregar, me despido, dejando una frase de un gran médico, el Dr. Ignacio Chávez Sánchez:

“Veo la Universidad del mañana, no como una fábrica de profesionales y de técnicos para sostener  la maquinaria que fabrica riqueza, no para dar forzados a la sociedad de consumo. La concibo como un gran laboratorio de hombres, con toda la dignidad del término. Capacitados, sí, para el trabajo técnico, pero también para el cultivo del espíritu, imbuidos del respeto a la verdad y a la justicia, noblemente dispuestos a brindar ayuda, hombres en quienes la formación intelectual se equipare con la sólida vertebración moral y la conciencia clara de sus deberes sociales”.

Bienvenido/a. Nos estamos leyendo.